La educación es costosa para aquel que no ha valorado el precio de la ignorancia...la lógica nos enseña a razonar con exactitud....
domingo, 21 de abril de 2013
Caín y Abel ¿Quién es el favorito del padre?
Caín y Abel
¿Quién es el favorito del padre?
TODOS CONOCEMOS ESTA HISTORIA TOMADA DEL ANTIGUO TESTAMENTO, PERO QUIZÁ NO HEMOS REFLEXIONADO LO SUFICIENTE SOBRE CÓMO UN PADRE PUEDE SER EL ORIGEN
DF.L CONFLICTO ENTRE SUS HIJOS. LA HISTORIA DE CAÍN Y ABEL TRATA DE LO QUF, SE CONOCE COMO "RIVALIDAD ENTRE HERMANOS"; ES DECIR, LOS CELOS Y LA COMPETENCIA QUE EXISTE ENTRE HERMANOS Y HERMANAS. ESTA RIVALIDAD ES TAN NATURAL E INEVITABLE COMO EL SOL QUE NOS ALUMBRA, Y TAN ANTIGUA. SI ES ESCASA, PUEDE PRODUCIR UN AUTODESARROLLO SALUDABLE; EN DEMASÍA, PUEDE CREAR DOLOR Y GENERAR UN COMPORTAMIENTO DESTRUCTIVO DENTRO DE LA FAMILIA.
Adán y Eva tuvieron dos hijos. El más joven, Abel, era pastor, mientras que su hermano mayor, Caín, trabajaba en el campo. En cierta ocasión ambos le hicieron ofrendas a Dios. Caín le ofreció una parte de sus cosechas, el fruto de los campos, mientras que Abel decidió ofrecerle la mejor y más grande de sus ovejas. Dios quedó complacido con la ofrenda de Abel, mas no con la de Caín. Y como Caín no pudo encontrar ninguna razón para este favoritismo, se sintió muy enojado y amargado con Dios y con su hermano, Abel.
Dios vio la ira de Caín, y dijo:
-¿Por qué estás tan enojado? Si trabajas duramente, triunfarás. Si no lo haces, la culpa será tuya.
Pero Caín no se tranquilizó con estas palabras. La ira creció en su interior. Sin embargo, como no era prudente estar enfadado con Dios, dirigió su furia contra su hermano menor. Siguió a Abel cuando este se dirigía al campo, y allí lo atacó y asesinó.
-Caín, ¿dónde está tu hermano? -le dijo Dios.
-No lo sé -replicó Caín. No soy el guardián de mi hermano. Pero Dios, por supuesto, sabía lo que había sucedido.
-¿Por qué has cometido un acto tan horrendo? -le dijo Dios a Caín-. La sangre de tu hermano se escucha desde la tierra con voz que clama venganza. Yo te maldigo; nunca más labrarás la tierra. Ella ha absorbido la sangre de tu hermano como si hubiese abierto su boca para recibirla cuando lo mataste. Cuando vuelvas a labrar la tierra, no producirá nada. Andarás por la tierra errante y sin hogar.
Y Caín le dijo a Dios:
-No puedo soportar este castigo. Me estás arrojando de la tierra y me privas de tu presencia. Seré un proscrito, y cualquiera que me encuentre me matará. A lo que Dios le respondió:
-No. Si alguien te matara, será siete veces castigado.
Entonces Dios puso una señal en la frente de Caín, para advertir a todos los que lo encontrasen que no lo mataran. Y Caín se alejó de la presencia de Dios y se fue a vivir a una tierra llamada Nod, que significa "Errante", al oriente del Edén.
Los que tengan una inclinación religiosa de carácter ortodoxo, probablemente no cuestionarán la dudosa moralidad de esta historia. Pero si consideramos el relato cuidadosamente, es muy posible que nos preguntemos por qué Dios favorece a Abel, aun cuando Caín actúa con la misma devoción. Está claro que no hay ecuanimidad en el juicio de Dios. Cada hermano ofrece lo mejor de lo que produce; Caín no puede ofrecer ovejas porque su vocación es labrar la tierra. Aquí podemos vislumbrar alusiones a una dinámica familiar demasiado común: la rivalidad entre hermanos, que surge citando uno de los padres favorece a un hijo más que a otro. Caín no puede hallar razón alguna para ser rechazado por Dios, y su ira, considerada objetivamente, está bien justificada. Sin embargo, no puede descargar su ira directamente sobre Dios, de igual forma que un hijo no puede desahogarse de su enfado sobre unos padres poderosos. La ira exhibida hacia Dios podría terminar en aniquilación. Los hijos tienen un temor profundo y arquetípico de sus padres, no necesariamente porque los padres se lo merezcan, sino porque un padre o una madre son imágenes divinas en la psique de un niño, y ejercen un poder de vida y muerte.
Debido a esto, Caín dirige su ira hacia su hermano. Esta suele ser la consecuencia cuando sentimos temor de desplegar nuestra ira contra alguien a quien amamos o tememos. Se proyecta, sobre el hermano que aparentemente ha acaparado el amor de los padres, y aun cuando la mayoría de las veces conduce a una forma más sutil de asesinato (de frialdad y rencor), a veces puede terminar en violencia física, incluso en el seno de familias "normales".
La clave de esta historia no es, en definitiva, la rivalidad entre hermanos, sino una deidad que muestra un favoritismo basado en sus gustos personales. Evidentemente, Dios prefiere ovejas a trigo; en consecuencia, es Caín y no Abel el rechazado. ¡Un vegetariano tendría razón en cuestionar esta preferencia! Cuando observamos la dinámica familiar, las razones para el favoritismo residen en el perfil psicológico propio de cada uno de los padres. El padre que prefiere los deportes a la creación artística puede inclinarse por un hijo atlético con preferencia a otro con disposición para la música; la madre que se preocupa por las apariencias, puede preferir una hija bella a una estudiosa pero poco atractiva. La vida, lo mismo que las familias, es "injusta".
En este relato el conflicto planteado no llega a resolverse; a Caín se le priva del hogar y se le convierte en proscrito. No obstante, Dios no prescinde de él. Quizá Dios se siente un tanto culpable, porque la raíz de esta rivalidad entre hermanos está en él. En la vida familiar, puede llegarse a una resolución del conflicto, pero esta solo puede materializarse si los hermanos contendientes son suficientemente honestos como para dialogar entre ellos y averiguar dónde está la verdadera herida, y si el dañado o rechazado puede reconocer conscientemente su ira ante el padre causante del problema.
Quizá la mayor responsabilidad reside en el padre que, al igual que Dios en esta historia, pudo haber tenido un comportamiento abiertamente injusto e irracional, sin la suficiente reflexión interior. Puede que Dios tenga el derecho de comportarse de esta forma, pero los padres no lo tienen. La rivalidad entre hermanos reflejada en la historia de Caín y Abel no surge de la antipatía innata entre los hermanos; la genera la compleja dinámica familiar. Si somos emocionalmente generosos y suficientemente honestos como para llegar hasta el núcleo, puede que seamos capaces de erradicar la señal de Caín de nuestra frente y de la de nuestros hijos.
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