¿PUEDEN LAS OBRAS DE MOZART HACER MÁS INTELIGENTES A LOS NIÑOS?
El conocido Efecto Mozart le atribuía beneficios en el desarrollo mental a aquellos niños que desde pequeños escuchaban la música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart.
La música de Mozart puede tener un efecto relajante, pero el mito de que mejora las capacidades en los niños ha sido desmentido. Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Viena arriba a esta conclusión luego de analizar a más de tres mil personas, sin encontrar evidencia de los mencionados beneficios.
El término efecto Mozart fue propuesto por el otorrinolaringólogo Alfred A. Tomatis en su libro ¿Por qué Mozart?, publicado en 1991, donde mostraba cómo utilizando la música de Mozart como estímulo, se podía reeducar al oído y promover el desarrollo del cerebro. Más tarde, la idea detrás de los beneficios de escuchar la música del compositor vienés, fue popularizada en el best seller de Don Campbell El Efecto Mozart, que se basaba en un estudio publicado en Nature en el que se que concluía que escuchar a Mozart temporalmente mejoraba las puntuaciones en ciertos tests de inteligencia. En este estudio de 1993, llevado a cabo por el grupo de investigación de la Universidad de California liderado por la psicóloga Frances Rauscher y el neurobiólogo Gordon Shaw, mostraron que cuando un grupo de 36 estudiantes escuchaban la sonata de piano K448 durante diez minutos, presentaban efectos positivos en las pruebas de razonamiento espacio-temporales.
El libro de 1997 por Don Campbell, El Efecto Mozart: Aprovechar el poder de la música para sanar el cuerpo, fortalecer la mente y desbloquear el Espíritu Creativo, analiza la teoría de que escuchar a Mozart puede aumentar temporalmente el IQ y producir muchos otros efectos beneficiosos sobre la función mental. Después de ese libro, Campbell lanzaría El Efecto Mozart Para Niños, además de haber creado productos relacionados, entre ellos se encuentran las colecciones de música de efecto Mozart para mejorar "profundo descanso, el rejuvenecimiento, inteligencia y el aprendizaje, la creatividad e imaginación.
El impacto en el público de esta teoría no tardó en llegar y, desde entonces, muchos padres se han esforzado en que sus hijos, incluso antes de nacer, pudieran escuchar la música de Mozart. En 1998, el gobernador del estado de Georgia (EE. UU.), Zell Miller, anunció que obsequiaría una cinta o CD con la música de Mozart a cada recién nacido.
La propia Rauscher, la investigadora que realizó el primer estudio en 1993 se mostró incómoda por el modo que se había desvirtuado su investigación, con los intentos de explotación comercial del supuesto "efecto Mozart" y el fin lucrativo que se le dio a sus estudios; además de dejar siempre en claro que no hay evidencia científica de que al escuchar algún tipo de música se incremente la inteligencia.
En mayo de 2010 un equipo de científicos de la Universidad de Viena realizó un metaanálisis de las publicaciones científicas sobre este asunto publicadas hasta esa fecha. Jacob Pietschnig, Voracek Martin y Anton K. Forman, del Instituto de Investigación Básica Psicológica de la Universidad de Viena, publicaron los resultados de su metaanálisis sobre "efecto Mozart" en la prestigiosa revista Intelligence. El análisis estadístico de toda la literatura de investigación disponible de 39 estudios con más de 3.000 voluntarios en esta materia no encontró cambios significativos en sus habilidades cognitivas. Este estudio muestra que el solo hecho de escuchar música de Mozart no permite observar mejoras en las facultades de los sujetos de la investigación. Así mostraron que el efecto Mozart en la inteligencia no es más que una de las muchas "leyendas urbanas" de la psicología popular.
Jakob Pietschnig, coautor del estudio concluyó:
"Recomiendo a todos que escuchen música de Mozart, pero no se puede satisfacer la expectativa que de esta manera se logre un aumento de la capacidad cognitiva".
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