sábado, 15 de diciembre de 2012

La casa del acantilado

Erase una vez, un castillo de ensueño levantado al borde de un acantilado, mirando al Pacífico, con una silueta que desafiaba a la imaginación. Bien, pues de eso se trata, de una deliciosa extravagancia que hoy sólo es un recuerdo pero que muy bien puede servir de protagonista para cuentos, novelas y películas de fantasía.
Adolph Sutro, ingeniero que llegó a ser alcalde de San Francisco a finales del siglo XIX, había amasado una gran fortuna gracias a sus audaces instalaciones que facilitaban la minería de la plata en varias explotaciones de los Estados Unidos. Con mucho dinero en el bolsillo y un puesto político envidiable, el soñador Sutro pensó en construir algo único. Hacia 1883 había adquirido unespacio de ocio al lado del mar al norte de Ocean Beach, muy cerca de San Francisco.
El lugar había caído en el olvido y apenas se visitaba, pero las vistas desde los acantilados eran espectaculares. En 1896 Adolph Sutro desató su fantasía diseñando y levantando la casa del acantilado, o más bien la nueva casa del acantilado porque anteriormente existió otro edificio en el lugar, aunque no era gran cosa. Muy cerca también levantó unos famosos baños, así como todo un complejo de ocio, pero la casa del acantilado era la estrella del lugar.
El edificio se convirtió pronto en una de las atracciones más conocidas de la ciudad. Popularmente era conocido como el Palacio de pan de jengibre, en claro recuerdo a las historias de cuentos infantiles. La casa contenía restaurantes, galerías de arte, un hotel y varias terrazas con vistas únicas hacia el pacífico. Su arquitectura era osada y como las vistas, única.
Parecía un sueño convertido en realidad pero, por desgracia, como tantas estructuras de madera de la época, subumbió a un incendio la noche del 7 de septiembre de 1907. Así terminó el sueño de Sutro, que había fallecido pocos años antes, un sueño que había resistido incluso al terrible terremoto de 1906, pero que no soportó las llamas que lo consumieron.
Las imágenes que ilustran este pequeño recuerdo escrito de la casa del acantilado proceden de un proyecto que pretende recuperar la memoria de este lugar tan singular:

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