viernes, 18 de mayo de 2012

el honor del crucificado..

En razón de la libertad  de los cristianos para participar en todos los asuntos humanos que interesan, desde la personal responsabilidad; y  con respeto sincero a las personas con las que no coinciden en los contenidos ni en el diagnóstico. Decimos  esto para que quede claro que ejercemos el derecho irrenunciable a decir lo que pensamos, asumiendo la responsabilidad de nuestras opiniones en todo su valor. 
 
¿A quién descubrimos en el Crucifijo? ¿Quién es ese a quien no quieren  que contemplemos siquiera en ese estado de fracaso humano total? ¿Cuál es ahora su delito para que le sigan odiando y persiguiendo con tanta saña?. Ni siquiera soportan su presencia silente  en las humildes cruces que cuelgan en las paredes de las escuelas. Insisten en arrebatar su Imagen a los  jóvenes, que de ninguna manera interesa que le conozcan, porque han constatado que es imposible conocerle y no amarle. Y aún más cuando aquellos jóvenes lo contemplan en un estado tan lamentable y dolorido que les anima a interesarse y a solidarizarse  más con el dulce Jesús Crucificado. Quienes le persiguen no pueden entender que la Imagen arruinada  del Crucificado  pueda invitar a tantos jóvenes a seguirle, por un camino que lleva irremisiblemente al Patíbulo, donde la promesa del Amor encuentra su realización más completa. Los postulantes del hedonismo y de la cultura materialista no aceptan el misterio de convocatoria y de amor que se esconde tras una simple Cruz de palo.
Laicismo es el impulsor del odio a la Señal del Cristianismo. Es un combate que dura ya más de dos siglos. Siempre ha estado ahí, en la vanguardia abierta o a la sombra de todas las  persecuciones a la Iglesia del Crucificado. Toda suerte de persecuciones: desde la difamación a la calumnia, directamente o con la complicidad de segundos; y  persecución hasta la muerte. Habrá que seguir insistiendo en este tema, porque el Laicismo está omnipresente en las políticas de agresión de este Gobierno a los valores del Cristianismo y a los derechos fundamentales del hombre, en particular el derecho a la vida, el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos y los derechos de la familia natural.
En este tiempo no se dan las condiciones  objetivas para una persecución sangrienta, como sucedió en los años treinta del pasado siglo. Entonces el Laicismo se apoyó en la confrontación social, dadas las condiciones de miseria económica e injusticia social en nuestro país. Y fueron colaboradores protagonistas de las fuerzas revolucionarias marxistas y anarquistas. Pero siempre el Laicismo atizando el odio y la persecución de los cristianos. Decenas de miles de católicos fueron asesinados en la mayor persecución religiosa de nuestro mundo, llevando a los altares  nombres de nuevos santos españoles, y otros muchos que viven entre los bienaventurados de la Iglesia triunfante. Pasados los años de la transición política, en los que las ideologías derrotadas en la guerra civil recobraron todos los “derechos” perdidos, y una vez restablecida la “normalidad democrática”, el Laicismo quiere recuperar su condición de enemigo irreductible de los valores y principios cristianos. Desde el Gobierno vienen impulsando toda suerte de leyes y medidas en aquel sentido, con el apoyo de fuerzas políticas de ultraizquierda, muy minoritarias, pero muy combativas y de trayectoria significada en la persecución religiosa de aquellos años de República y Frente Popular. A veces nos sorprende la osadía y la arrogancia del Laicismo para poner en marcha sus políticas en esta sociedad, tan alejada ya de aquellas condiciones de lucha social y de incultura generalizada, que fueron su caldo de cultivo.                                                                           
El HONOR DEL CRUCIFICADO está en la Cruz. Y ese Honor hay que defenderlo con  humildad y mansedumbre. El derecho de los cristianos a defender el Honor de Dios prevalecerá sobre todas las potestades del mundo: ya que cuanto más débiles nos consideren más fuertes somos, pues la Fuerza del Crucificado se hace perfecta en nuestra flaqueza. Que se enteren bien los que quieren arrancar los crucifijos de las escuelas, con la  justificación que en cada momento quieran presentar. Una y otra vez lo han intentado, pero al final, en lo más alto, estará siempre el Crucificado, atrayendo a los hombres  hacia El, con los brazos abiertos a todos, también a los que le persiguen y a los que le maltratamos. Pierden el tiempo los Laicistas, porque el Crucificado -aunque a veces lo parezca- no pierde batallas. También el Laicismo tendrá que exclamar: “Venciste Galileo”. Nada más cierto que esto.

jueves, 17 de mayo de 2012

El ESTOICISMO: EL IDEAL DE LA IMPERTURBABILIDAD

La filosofía de Epicteto, un estoico romano, se desarrolló a partir de las enseñanzas de Zenón (336-264 a.C.), fundador de la Stoa Poikile (pórtico decorado con pinturas), la última de las cuatro famosas escuelas de la Atenas antigua. La dependencia del pensamiento griego es típica de la filosofía romana; en la larga historia del imperio romano, no se produjo ninguna filosofía que tuviera algún valor. De todos los sistemas filosóficos griegos transplantados a Roma, el estoicismo fue probablemente el más exitoso. Al final del siglo II a.C., la filosofía estoica estaba firmemente asentada en su nuevo ambiente y en los siglos siguientes fue aceptada por los miembros de las clases altas y bajas de la sociedad. Llegó a ser bastante popular entre los soldados romanos como filosofía que predicaba la indiferencia frente a las adversidades, y por su apelación a la "ciudadela interior" resultó atractiva para intelectuales de la talla de Cicerón, Séneca, el emperador Marco Aurelio y Epicteto. La urgente necesidad de los poderes profilácticos de la filosofía estoica era generada por la sordidez y depravación de la época, la cual queda reflejada en una de las observaciones de Epicteto: "[Los hombres] muerden y se envilecen unos a otros, y toman posesión de las asambleas públicas, como las fieras salvajes hacen con los parajes solitarios y con las montañas; y convierten las cortes de justicia en antros de ladrones. Son intemperantes, adúlteros, seductores".
Existe poca información sobre la historia personal de Epicteto. La fecha y el lugar precisos de su nacimiento son desconocidos, pero la evidencia existente indica que nació en la ciudad griega de Hierápolis, en Frigia, hacia el 50 de nuestra era. Se dice que cuando niño fue vendido como esclavo por sus padres, y que llegó a ser parte de la familia de un soldado romano bastante libertino. (...) Según la costumbre romana, a Epicteto le fue permitido asistir a las lecciones de un filósofo estoico, ya que mostraba gran habilidad intelectual. Cuando murió su señor, Epicteto obtuvo su libertad. Por esa época, ya había ganado notoriedad como filósofo, y eligió permanecer en Roma como maestro. Cuando, en el 89 d.C., el déspota emperador Domiciano obligó a todos los filósofos a abandonar Roma, Epicteto emigró a Nicópolis. Allí comenzó otra escuela, en la que enseñó hasta su muerte, en el 130.
Epicteto se distinguió más como orador que como escritor. Nada se conserva de sus escritos originales, pero Arrio, uno de sus discípulos, trascribió sus lecciones de ética y las editó en ocho volúmenes. El más importante de estos volúmenes es Discursos, y el Enchiridion, o Manual. La meta de Epicteto era "mover a sus oyentes a practicar la virtud", y cuando daba sus conferencias, decía Arrio que "la audiencia no podía evitar ser conducida a dónde él pretendía".
Los estoicos sostienen que las personas morales son las que viven de acuerdo con los dictados de la razón, y se ven a sí mismos como individuos autosuficientes, capaces de disciplinar sus deseos y de permanecer totalmente indiferentes a las vicisitudes de la vida. En virtud de sus principios morales y de su concepción de la vida buena, los estoicos se consideraban a sí mismos como pertenecientes a la tradición socrática. Ellos sostienen, como sus predecesores los cínicos, que la lección que se debe sacar de la vida y enseñanzas de Sócrates es que la virtud humana y la felicidad dependen no del éxito material, sino de la formación del carácter, el cual debe ser fiel a lo más propio de nuestra naturaleza: la racionalidad. Además, sostienen los estoicos, es a través de la conducta en conformidad con la naturaleza racional que la gente se une entre sí y con el universo. El significado de la exhortación socrática: "conócete a ti mismo", es claro, pues es sólo a través del conocimiento propio que la gente puede participar en la comunidad moral y cumplir con su función en el gran diseño del universo.
La visión estoica del universo, elaborada a partir de otras teorías cosmológicas griegas por el fundador de la Estoa, Zenón, y por sus brillantes sucesores, Cleantes (c. 310-230 a.C.) y Crisipo (280-209 a.C.), proporciona soporte a la ética estoica. Basándose sobre todo en la doctrina de Heráclito (c. 500 a.C.), ellos ven el universo como una unidad orgánica en la cual la forma y propósito de cada parte está determinada por Dios, quien es pensado como el principio racional inmanente al todo. Los estoicos ven a Dios como la fuerza vital que crea todas las cosas en este universo interconectado, y como la inteligencia cósmica que lo gobierna desde dentro. Esta concepción de Dios –llamada panteísmo–, sirve de base para las intuiciones éticas de los estoicos, ya que el individuo, como un ser racional, es un "fragmento separado de Dios". Todas las personas poseen la habilidad de comprender la naturaleza divina, y la vida buena cosiste en vivir en conformidad con ella. Pues, como dice Epicteto, "donde está la esencia de Dios, también está la esencia del bien. ¿Cuál es la esencia de Dios?... ¿La razón correcta? Ciertamente. Aquí, entonces, sin más, hay que buscar la esencia del bien".
Epicteto está más interesado que otros estoicos romanos en metafísica, y permanece más leal que ellos a la posición original de la Stoa. Sin embargo, su actitud hacia la especulación acerca de la naturaleza de las cosas es más piadosa que probatoria, más religiosa que filosófica, más práctica que teórica. Para Epicteto, el valor inherente a la humanidad es la adoración de Dios, y su deber es ser digno de Dios. Los obstáculos que la gente encuentra en sus intentos para vivir noblemente son la materia hacia la que el filósofo debe dirigir su atención. Las condiciones y limitaciones de la vida moral están dadas en la naturaleza humana:
¿Qué es lo que dice Zeus? "Epicteto, si fuera posible habría hecho tu cuerpo y todas tus posesiones (todas esas bagatelas que aprecias), libres e ilimitadas. Pero como son las cosas –nunca olvides esto–, este cuerpo no es tuyo, es sólo una mezcla inteligente de barro. Pero ya que no puedo hacerla libre, te doy una porción de mi divinidad, esta facultad de actuar o no actuar, la voluntad de adquirir o de evitar".
La misión del sabio es urgir a las personas a examinarse a sí mismas y a llevar una vida conforme a la razón.Nada es por su propia naturaleza calamitoso –incluso la muerte es terrible sólo si la tememos. De nuevo, aunque uno pueda fallar al llevar a cabo los actos señalados por la providencia divina –porque al tratar de realizar nuestros deberes las circunstancias nos lo impidan– uno debería permanecer imperturbable. Por ejemplo, si debido a la pobreza los padres no pueden alimentar a sus hijos, no deberían preocuparse, siempre y cuando hagan todo lo posible por proveer para sus hijos. Si ellos desean cumplir con su deber, están cumpliendo con su obligación, pues sólo esto está dentro de su poder. Aún más, ellos deben estar seguros de que todo lo que sucede es por necesidad divina, y que sea lo que sea que Dios haga, es por su bien.
Epicteto, como consejero moral, nos recomienda cultivar una actitud de indiferencia hacia la buena o la mala fortuna, ya que los eventos externos escapan a nuestro control. Por consiguiente, los individuos prudentes no se dejan esclavizar por las demandas de su cuerpo, ni se vuelven emocionalmente dependientes de personas u objetos.

Platon: La Justicia..la verdad y el bien..

producir la justicia —dije— ¿no es establecer entre las partes del alma la subordinación que la naturaleza ha querido que haya; y producir la injusticia es dar a una parte sobre las otras un imperio que es contra la naturaleza?
Quizá haya en el cielo un modelo para los que quieran mirarlo y fundar a su imagen su ciudad interior. 
La vida de Platón (427-347 a.C.) se desarrolla en un período de cambios sociales, políticos y culturales, no sólo en Atenas, su ciudad natal, sino en toda Grecia. Aproximadamente desde el año 600 a.C. el comercio entre los griegos y otros pueblos del Mediterráneo se había ido incrementando. Un resultado de estos contactos fue una mayor conciencia de la existencia de otros sistemas sociales y formas de vida.
Esta percepción motivó dos tendencias, contra las que reaccionó Platón. La primera de estas tendencias consistió en poner en duda la validez de las costumbres y formas de vida griegas. La segunda —relacionada con la anterior— fue una tendencia relativista hacia los estándares éticos, la religión politeísta griega, y muchas otras creencias. Este relativismo sostenía que lo que cada individuo o sociedad creía era verdadero para ese individuo o sociedad. Negaba que cualquier creencia fuera verdadera o falsa objetivamente, con independencia de quien la sostuviera. En tal visión, no tendría sentido tratar de preguntar cuál de dos creencias aparentemente opuestas es la correcta. Cada creencia sería correcta para la persona que la sostuviera, y falsa para quien la rechazara. Más allá de eso no existía ningún hecho objetivo. Todos los hechos serían relativos a la persona o personas que los sostuvieran.
Este punto de vista relativista a menudo se asocia con los llamados sofistas en general, pero el primero en proponerlo fue el sofista llamado Protágoras (481?-411? a.C.). El famoso eslogan de Protágoras "el hombre es la media de todas las cosas" fue interpretado por Platón como una expresión de relativismo, de manera que Protágoras se convirtió en uno de sus principales oponentes. Platón también se oponía a la doctrina del hedonismo —la tesis que sostiene que el bien consiste en el placer— porque le parecía que implicaba un punto de vista relativista, pues cada persona aprobaría la actividad que le diera placer a ella.
Sócrates influyó grandemente en Platón, no por sus escritos (pues no escribió nada), sino por relación personal, y también por la forma inteligente y valiente en la que se defendió de los cargos en su contra y en su muerte, la cual describe Platón en su Apología de Sócrates, Critón y Fedón. Estas experiencias, reforzadas por su fracaso en persuadir al dictador de la ciudad siciliana de Siracusa de aceptar sus ideas éticas y políticas, dejaron a Platón desilusionado con la actividad política, y lo impulsaron a llevar una vida dedicada a la reflexión filosófica, aunque siempre con implicaciones prácticas. Entre el 387 y el 367, fundó una escuela en el distrito de Atenas conocido como la Academia. Esa escuela perduró por más de 800 años.
La República, el trabajo más conocido de Platón, explora el concepto de la justicia, haciendo comparaciones entre la sociedad humana y el alma o la personalidad. En contraste con los relativistas como Protágoras, Platón cree que existe una respuesta objetivamente correcta a preguntas como "¿Qué es la justicia?", y creencias objetivamente correctas sobre qué tipo de personalidad, instituciones y acciones son justas. Él también sostiene —y así lo argumenta en La República— que entre todas las virtudes que una persona puede tener, la justicia es la más importante, especialmente porque trae felicidad para la persona justa, quien es mucho más feliz que la injusta.
La justicia en cualquier cosa, según Platón, es una clase especial de balance, orden o armonía entre sus componentes. En una persona individual, esta armonía es establecida y gobernada por la razón, y en una comunidad política la justicia es mantenida por los gobernantes filósofos. En un alma o personalidad justa, la armonía se mantiene a pesar de los múltiples deseos por distintas cosas. Platón divide estos deseos en tres grupos: (1) el deseo de la razón de conocimiento y orden; (2) el deseo del "espíritu" (thymos) de defensa propia; y (3) los apetitos corporales. En una comunidad política justa —Platón se centra en la ciudad estado o polis en que típicamente se organizaban los griegos— la armonía se mantiene entre las tres clases principales de personas: (1) los gobernantes filósofos; (2) los militares; (3) los artesanos y agricultores. Dentro de tal sociedad cada individuo tiene su propio rol o función naturalmente establecido, que sirve para mantener la estabilidad y la unidad de la comunidad. En un nivel personal, análogamente, cada deseo, en tanto que esté gobernando por la razón, tiene una función dentro del conjunto de la vida del individuo.
La idea de la corrección objetiva entra en la doctrina de Platón en su visión de que la justicia no es establecida por convención, o simplemente por las leyes o costumbres que de hecho se observan en un lugar o en otro. Más bien, sostiene Platón, la justicia consiste en un cierto tipo de orden o armonía entre los grupos en una sociedad, aun cuando esta armonía sólo sea imperfectamente ejemplificada en las sociedades actuales del mundo. Análogamente, Platón también sostiene que la justicia individual consiste en una clase particular de balance dirigido por la razón entre los deseos —y la satisfacción de los deseos— de cada persona, aun cuando diferentes sociedades puedan considerar distintos tipos de comportamiento como justos. Más aún, Platón sostiene que el individuo que es justo de esta manera también es el más feliz, y, análogamente, que la sociedad más justa es la más feliz. Estos dos factores se sostienen objetivamente —argumenta Platón contra los relativistas—, y no son dependientes de los deseos, preferencias o gustos que un individuo puedan tener, o que una sociedad pueda aprobar.
Platón intenta proporcionar una base para estas tesis con su teoría de las "formas" o "ideas". Estas entidades, según Platón, no existen en la mente de un individuo ni en el espacio y el tiempo, pero son accesibles al sabio que obra con independencia de los sentidos y de sus gustos personales.
Platón sostiene que la naturaleza y la estructura de estas entidades —que incluyen la forma de la Justicia y la forma del Bien— determinan los hechos objetivos que existen para ser conocidos. Parece que Platón obtuvo este esquema de las matemáticas, especialmente de la geometría. Por ejemplo, una figura dibujada en la arena sería un círculo, dice Platón, en la medida en que ejemplifique la forma del Círculo, que es un patrón ideal de la circularidad (fuera de la mente y del espacio y el tiempo). Platón usa esta analogía para discutir todos los conceptos, incluyendo los de virtud, justicia y felicidad. Los hechos sobre el mundo sensible —tales como qué individuos o comunidades son justos o injustos— se determinan por comparación con las formas del mundo suprasensible. La perfecta comprensión de este esquema (que Platón, por otra parte, no pretende presentar por completo en La República o en ningún otro escrito) es la meta de la educación de los gobernantes en la ciudad-estado ideal de Platón. El último fin es la comprensión del Bien (que Platón se niega a identificar con el placer).
La comprensión del Bien, sostiene Platón, permitirá a los gobernantes filósofos organizar su comunidad de manera que ella y sus habitantes sean virtuosos y felices.                                    RELACIÓN ENTRE PLATÓN Y SÓCRATES
Sócrates (470 a. C. -399 a. C) maestro de Platón, nace en Atenas, el cual decía que la filosofía solo se podía practicar mediante el diálogo.

Platón fue discípulo de Socrátes el cual tenía una gran admiración a su pensamiento y por ello muchos pensamientos de este se ven reflejadas en ideas platónicas.

Los pensamientos que Platón recoje sobre su maestro Socrátes son las siguientes :

· Intelectualismo moral: Es la unión entre el conocimiento moral y la felicidad que Platón lo aplicó a la política.

· La concepción de la educación: Cuyo objetivo era alcanzar la verdad para lograr la felicidad y la virtud.

· Diálectica socrática: Es un método de búsqueda de la verdad que se basaba en el diálogo entre el maestro y el discípulo cuyo objetivo era alcanzar la verdad.

· Investigación de definiciones esenciales: Platón convierte unas simple definición de Socrátes en ideas para poder expresar la esencia permanente.

La muerte del maestro Socrátes influyó en el pensamiento filosófico de Platón lo que le llevo a pensar que la sociedad de la época era injusta y que los estados debían estar gobernados por filosófos ya que estos conducirian hacia el camino de la justicia                                                                                      
                    LA REPUBLICA
Fragmento 1: La República, Libro II, 359-369.
Platón explica la manera en la que sus oponentes filosóficos (los sofistas) responden a la pregunta: "¿Por qué deben los hombres ser virtuosos?". Los sofistas sostienen que los débiles valoran la justicia solamente porque sirve para refrenar a los fuertes. La mayoría de las personas se aprovecharían de sus vecinos si estuvieran seguros de que no serían aprendidos y castigados, ya que sólo se preocupan por su propio bienestar. La injusticia es más provechosa que la justicia, siempre y cuando nadie se dé cuenta. Esta concepción de la naturaleza humana es sostenida por Glaucón (hermano de Platón) en la historia del anillo de Giges.
Fragmento 2: La República, Libro I, 343-344.
El famoso sofista Trasímaco defiende las ventajas de la injusticia en asuntos políticos y económicos. Sostiene que la injusticia paga, sobre todo cuando se comete a gran escala, y concluye que la felicidad procede de la injusticia, no de la justicia.
Fragmento 3: Gorgias, 495-496.
La discusión continua no logra eliminar el desacuerdo entre Platón y los sofistas sobre el valor de la justicia. En el fondo, muchos sofistas se oponen a la justicia porque sostienen que el bien supremo es el placer; la injusticia es mejor que la justicia porque proporciona más placer. En el Gorgias, Platón intenta refutar esta doctrina dirigiendo su atención a lo absurdo que resulta identificar el placer con el bien. Calicles, un admirador del sofista Gorgias, es el oponente de Sócrates.
Fragmento 4: Gorgias, 496-497.
Aquí queda completada la primera fase del argumento de Sócrates: está claro que el bien y el mal son términos contradictorios, esto es, mutuamente excluyentes en una persona al mismo tiempo, mientras que el placer y el dolor pueden ocurrir simultáneamente. Si uno puede tener placer y dolor al mismo tiempo, pero no bien y mal, existe una contradicción al identificar "bien" con "placer" y "mal" con "dolor". Sócrates continúa en la misma vena, después de resumir su argumento a este punto. Le ayuda Gorgias, un maestro de retórica.
Fragmento 5: La República, Libro IV, 442-444.
La ética de Platón descansa sobre dos puntos principales de psicología: (1) las almas de las personas tienen tres elementos o facultades básicas: razón, espíritu (pasión) y apetito (deseo); (2) el carácter de una persona depende en el desarrollo comparativo de estos tres elementos y el dominio de una facultad sobre las otras.
Cada uno de los tres elementos del alma (psyche) está comprometido en la conducta ética, y cada uno, cuando realiza su función propia, se caracteriza por una virtud: gobernar el alma por medio de la razón es la sabiduría; la regulación racional de los deseos constituye la esencia de la templanza; el soporte que las pasiones proporcionan a la razón puede llamarse valentía [ira, en términos clásicos]; la armonía de las tres virtudes es la justicia, la cual es como el marco de las demás. El mismo tipo de análisis se aplica también al funcionamiento de la sociedad, ya que para Platón el Estado es "el mandato individual extendido". Sócrates y Glaucón, al discutir las virtudes, están de acuerdo en que "los mismos principios que existen en el Estado existen en el individuo, y ellos son tres". Luego sigue la explicación de las virtudes.
Fragmento 6: La República, Libro IV, 444-445.
Las personas justas son, por lo tanto, "integradas": la razón, las emociones y los deseos trabajan en armonía dentro de ellas. Por otra parte, las personas injustas son asediadas por una "rebelión" interna; existe desorden dentro de sus almas. La injusticia destruye el orden natural de la personalidad, como la enfermedad nos quita la salud corporal. De acuerdo con esto, aquellas acciones que preservan un estado armonioso en los seres humanos serán consideradas buenas, y aquellas que los disminuyen, malas. Platón está ahora en la posición de responder la pregunta original: "¿Por qué debe una persona ser virtuosa, o justa?". Una vez que la naturaleza de la virtud ha sido claramente entendida, su superioridad práctica sobre la injusticia es manifiesta.
Fragmento 7: La República, Libro VI, 504-505.
Habiendo expuesto la naturaleza de la justicia en detalle, Sócrates sorprende a sus oyentes con su afirmación de que existe algo superior a la justicia, esto es, la Idea del Bien. Adimanto, otro hermano de Platón, presiona a Sócrates para que dé una explicación.
Fragmento 8: La República, Libro VI, 505-507
Platón argumenta ahora que ni el conocimiento ni el placer es el Bien en sí mismo; el Bien debe ser algo diferente de ambos. Todos, dice, reconocen que existe una diferencia entre lo que realmente es bueno y lo que parece bueno. Los verdaderos gobernantes de una ciudad deberían saber qué es el bien en realidad. Él no dará, sin embargo, una definición del Bien, pero tratará de explicarlo por analogía con su "hijo", el sol.
Fragmento 10: La República, Libro VII, 517-519:
Haciendo uso de la analogía entre la visión ocular y la visión del alma, Platón continúa con la discusión de las condiciones y circunstancias del conocimiento del Bien.
—...En los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que se percibe con dificultad; pero una vez percibida no se puede menos de sacar la consecuencia de que ella es la causa primera de todo lo que hay de bello y de recto en el universo; que, en este mundo visible, ella es la que produce la luz y el astro de que esta procede directamente; que en el mundo invisible engendra la verdad y la inteligencia; y en fin, que ha de tener fijos los ojos en esta idea el que quiera conducirse sabiamente en la vida pública y en la vida privada .
Fragmento 11: La República, Libro IX, 591-592.
Convencido de que "el filósofo que sostiene conversación con el orden divino, llega a ser ordenado y divino, tanto como la naturaleza se lo permita", Platón resume su argumento en contra de aquellos que creen que la injusticia es más ventajosa que la justicia. Los filósofos, apropiadamente entrenados, pueden modelar sus vidas según el ideal de perfección que la razón les descubre.

martes, 8 de mayo de 2012

Principio antrópico..

  Desde siempre, la humanidad mira al cielo y se hace la misma pregunta: ¿estamos solos? En la inmensidad del Cosmos, es difícil creer que nuestra civilización sea la única, o la primera. La vida debe de haber evolucionado tambiém en muchos otros rincones del universo. Seguro. ¿Seguro? Al menos, eso es lo que dictan la lógica y los cálculos aunque, de momento, no hay evidencias demostrables.

Pero, ¿qué tipo de vida? ¿Como la nuestra? ¿Qué probabilidades tenemos de encontrarla? Y, sobre todo, ¿dónde buscar? 

A través de estos artículos nos planteamos algunas de estas cuestiones y exponemos las respuestas que da la ciencia.

Nuestra tecnología explora el cielo en busca de algún rastro de vida más allá de la Tierra. De momento, sólo tenemos silencio.Hasta ahora, los esfuerzos por encontrar vida más allá de la Tierra no han dado ningún resultado. Quizás no estemos buscando de la manera adecuada... o en el lugar adecuado. En las últimas décadas, la ciencia plantea una nueva posibilidad: ¿puede haber vida en otros universos?

Para la teoría de cuerdas existe un número infinito de universos paralelos al nuestro. Es lo que se conoce con el nombre de multiverso. La realidad que percibimos es sólo una entre las infinitas que existen. Algunos de estos universos son muy distintos al nuestro. Otros, completamente idénticos. Aunque aún no se ha comprobado su existencia, no se trata de ciencia ficción, sino de un modelo científico teórico y real.   
Según el modelo del multiverso, cada universo tiene sus propias leyes físicas. En algunos universos esas leyes no hacen posible la vida, y están vacíos. Pero en otros sí hay vida. De hecho, con un número infinito de universos, todas las probabilidades se cumplen. Igual que si lanzamos un dado infinitas veces, acaban saliendo todos los números.

Por increíble que parezca, en algún otro universo hay otro yo haciendo exactamente lo mismo que yo. Mientras en otro universo hay otro yo haciendo aquello que no hice. Algunos científicos interpretan el multiverso como el lugar donde se cumplen todas las probabilidades cuánticas, esto es, todas las probabilidades que puede tomar la realidad. Así, en otro universo Elvis sigue vivo. Y todas las probabilidades son igual de reales. La vida de los distintos universos se superpone.    ..Cómo podemos saber si hay vida en otros universos? Einstein y Rosen plantearon la teoría de los agujeros de gusano. Matemáticamente son posibles. Los agujeros de gusano permiten viajar en el espacio, en el tiempo, y también a otros universos paralelos. Pero aún no se ha demostrado su existencia.

La idea de que haya vida en otros universos es extraña, pero es una consecuencia real de la teoría de cuerdas. Algunos científicos la defienden, mientras que otros la descartan. También es posible que los multiversos existan, pero sus realidades no sean como suponemos.

Para algunos, como Richard Feynman, es absurdo plantearse si hay vida en otros universos. Si no podemos acceder a ellos, no importa que haya vida o no. Y si podemos acceder, pasan a formar parte de nuestro universo, entendido como todo lo que existe y puede ser conocido. Entonces ya no serían universos diferentes. Así que lo que ocurra en otros universos paralelos es asunto de la filosofía, pero no de la física .         .  En 1.974, el físico Brandon Carter planteó una inquietante idea: las condiciones que rigen el Universo siempre serán aquellas que permitan la vida inteligente. De no ser así, no estaríamos aquí para observarlo. La vida es la medida de todas las cosas. A este argumento se le conoce como principio antrópico.

Otros científicos fueron aún más lejos. Para ellos, el Universo está diseñado para producir necesariamente vida inteligente. Evoluciona hasta que adquiere consciencia de sí mismo. Es la versión fuerte del principio antrópico, frente a la versión débil de Carter. Para el principio antrópico fuerte, la vida es el propósito del Universo.

    Todos los parámetros del Cosmos están diseñados para la vida. Si fueran tan sólo un poco diferentes, la vida no sería posible. La masa y la carga eléctrica de las partículas elementales, la intensidad de las cuatro fuerzas elementales de la naturaleza (fuerza nuclear fuerte y débil, electromagnetismo y gravedad), la cantidad de materia y energía en el universo... Absolutamente todo mantiene el parámetro exacto y necesario para la vida. De no ser así, otros modelos de universo serían posibles, pero jamás la vida.

La energía nuclear fuerte mantiene unidos los átomos. Si fuera mínimamente mayor, las reacciones nucleares en el interior de las estrellas habrían acabado con todos los elementos ligeros, como el hidrógeno, el oxígeno o el carbono. Mientras que si fuera ligeramente menor, los protones no podrían fusionarse, y el Cosmos sólo tendría oxígeno.
La fuerza nuclear débil se encarga de la desintegración radiactiva de los átomos. Si fuera mayor, los neutrones se desintegrarían rápidamente y no podrían formarse elementos pesados, como el calcio o el hierro. Pero si fuera menor, habría demasiados neutrones flotando por el espacio y dejaría de haber elementos ligeros, como el hidrógeno.

El electromagnetismo es el responsable de las interacciones entre los átomos. Si fuera mayor, los átomos no intercambiarían sus electrones y no habría reacciones químicas. Pero si fuera menor, los electrones escaparían de los átomos y el Universo sería un mar de partículas sueltas, sin elementos químicos estables.

Por último, la gravedad es justo la necesaria para permitir la expansión del Universo y la formación de galaxias, estrellas y planetas.
       
Lo mismo sucede con la cantidad de materia y el resto de leyes naturales. Con menos materia, la gravedad no podría actuar y el Universo estaría muy disperso. Pero un exceso de materia "pesaría" demasiado, la gravedad sería extrema y el Universo moriría.

Todo está interconectado para que hoy vivamos. El Universo necesitó miles de millones de años para fabricar los elementos químicos que nos componen. Cada rayo de Sol que hoy nos calienta ha atravesado 150 millones de kms hasta llegar a nosotros. Hace 8 minutos que partió del Sol. Pero antes, se formó en las fusiones nucleares de su interior hace miles de años.

Quizás tanto tiempo y espacio vacío en el Cosmos sea el necesario para que hoy estemos aquí. Si la vida inteligente es el propósito o la consecuencia del Universo, es algo que escapa a los límites de la ciencia.
   
Hasta hoy, la Tierra es el único lugar conocido donde ha evolucionado la vida. Es muy probable que exista vida en muchos otros rincones del Cosmos. Pero, ¿sabríamos reconocerla? ¿Será parecida a la nuestra?

Tal vez existan formas de vida muy distintas a lo que imaginamos. Incluso en la Tierra, la biodiversidad es muy amplia. Desde el microorganismo más simple hasta la complejidad del ser humano, pasando por plantas, peces, insectos, reptiles, aves, mamíferos... Todo es vida. Toma formas muy distintas, pero siempre tienen algo en común: toda la vida en la Tierra está basada en la química del carbono, y necesita agua líquida.

Suponemos que estos requisitos son necesarios para cualquier tipo de vida en el universo. Pero tal vez no sea así. La ciencia que estudia cómo puede ser la vida fuera de la Tierra se llama exobiología o astrobiología.

  En la Naturaleza hay 92 elementos químicos, que forman toda la materia conocida, incluidos los seres vivos. Así que cualquier tipo de vida será una combinación de estos elementos. Pero, ¿puede haber vida sin el soporte de una química orgánica? Es decir, ¿puede haber vida sin materia? Por ejemplo, vida formada por corrientes eléctricas o magnéticas, flujos de plasma, etc.

La novela "La nube negra", de Fred Hoyle, plantea la hipótesis de una nube interestelar que toma vida. Las moléculas orgánicas que hay en la nube se mantienen ligadas por la gravedad y comienzan a interactuar como un único organismo. Es sólo ciencia ficción, pero obliga a plantearse la pregunta: ¿qué entendemos por vida? 
El límite no está claro. Ni siquiera hay acuerdo sobre si los virus son o no seres vivos. De momento, no parece posible el ejemplo de Hoyle. La vida necesita materia, formada por química orgánica. Y el requisito mínimo es que tenga una información genética que pueda transmitir al reproducirse.

Una vez que la vida aparece, evoluciona. Se adapta a las condiciones del entorno para sobrevivir. La evolución biológica no sigue las mismas leyes en todo el universo, sino que depende del entorno. Así, en entornos diferentes, la evolución será distinta.
Carl Sagan pone un ejemplo de evolución de la vida en un planeta gaseoso. La vida nació en la Tierra y se adaptó a su entorno rocoso. No podríamos vivir en otro entorno. Pero si la vida apareciera en un planeta gaseoso, evolucionaría de manera diferente. Las leyes físicas y químicas serían las mismas que para nosotros. Pero su evolución produciría formas de vida muy distintas. Por ejemplo, podría haber criaturas flotantes, que se impulsaran por los gases. Habría distintos tipos de vida, especializados en sobrevivir en las distintas capas de la atmósfera.

Los extremófilos son la prueba de que la vida puede existir bajo condiciones muy distintas. Las leyes de la naturaleza son universales, pero la evolución puede tomar formas inimaginables. Si hallásemos vida muy diferente a la nuestra, ¿la reconoceríamos?  Desde marzo de 2.009, la sonda espacial Kepler rastrea el cielo en busca de otros planetas habitables. Durante cuatro años, observará más de 150.000 estrellas. Más allá de nuestro Sistema Solar, miles de millones de planetas orbitan alrededor de otras estrellas. Estos planetas se llaman extrasolares o exoplanetas. De ellos, sólo una pequeña parte podrían albergar vida.

Desde que la NASA puso en marcha el Proyecto Kepler, todos los meses se descubren nuevos planetas. Los planetas se forman a partir de la nube de gas y polvo que rodea a las estrellas cuando nacen. Desde los años 90, sabemos que son algo muy común en el universo. Pero ahora la búsqueda se centra en planetas con unas condiciones similares a la Tierra. Planetas que puedan desarrollar vida, o acogernos cuando la Tierra muera.

  Sólo se consideran planetas potencialmente habitables los que orbitan a una distancia óptima de su estrella. La zona habitable depende de la masa y luminosidad de cada estrella. Cuanto más masa tiene una estrella, más amplia es su zona habitable. Pero si es demasido masiva, agotará su combustible rápidamente y la vida no tendrá tiempo de evolucionar. Si tiene menos masa, su zona habitable es más pequeña pero estable. Las estrellas de masa muy baja no tienen fuerza para generar zonas habitables. Lo ideal son las estrellas de tamaño parecido a nuestro Sol.

Se buscan planetas rocosos, con temperaturas moderadas, capaces de albergar agua líquida y de retener una atmósfera capaz de regenerarse. Incluso reuniendo estas condiciones, habría que analizar su composición química y la de su atmósfera para saber si es o no habitable. Pero, por ahora, nuestra tecnología no permite llegar tan lejos. Tenemos que conformarnos con lo que vemos.

La sonda Kepler no hace observaciones directas. A diferencia de otros telescopios como el Hubble, la Kepler no toma imágenes. Capta la luz que emiten las estrellas y elabora su espectrograma Doppler. Las estrellas emiten unas frecuencias de onda, de luz, que forman su espectrograma. Las pequeñas variaciones registradas en el espectrograma de una estrella pueden indicar la existencia de un planeta.   
Cuando un planeta pasa por delante del disco solar, produce una pequeña disminución en la luminosidad de la estrella, que se refleja en su espectrograma. También detecta las pequeñas oscilaciones causadas por la gravedad. Todo cuerpo con masa emite gravedad. Una estrella, un planeta, o incluso nosotros mismos. La gravedad de la estrella sobre el planeta lo mantiene en órbita. La gravedad del planeta sobre su estrella es mucho menor, pero produce una ligerísima oscilación de su masa, que también queda reflejada en su espectrograma.

Las observaciones de la Kepler se dirigen a una región concreta del cielo. Entre las constelaciones de Lira y Cisne. La mayoría de planetas descubiertos hasta ahora son gigantes gaseosos, como Júpiter y mucho mayores. Hasta el momento, lo más parecido a un planeta habitable es Gliese 581d. Tiene una masa siete veces superior a la Tierra y orbita alrededor de una enana roja más pequeña que el Sol.

La NASA tiene grandes expectativas para los próximos años, y cree que encontrar un planeta gemelo a la Tierra es sólo cuestión de tiempo.