jueves, 17 de mayo de 2012

Platon: La Justicia..la verdad y el bien..

producir la justicia —dije— ¿no es establecer entre las partes del alma la subordinación que la naturaleza ha querido que haya; y producir la injusticia es dar a una parte sobre las otras un imperio que es contra la naturaleza?
Quizá haya en el cielo un modelo para los que quieran mirarlo y fundar a su imagen su ciudad interior. 
La vida de Platón (427-347 a.C.) se desarrolla en un período de cambios sociales, políticos y culturales, no sólo en Atenas, su ciudad natal, sino en toda Grecia. Aproximadamente desde el año 600 a.C. el comercio entre los griegos y otros pueblos del Mediterráneo se había ido incrementando. Un resultado de estos contactos fue una mayor conciencia de la existencia de otros sistemas sociales y formas de vida.
Esta percepción motivó dos tendencias, contra las que reaccionó Platón. La primera de estas tendencias consistió en poner en duda la validez de las costumbres y formas de vida griegas. La segunda —relacionada con la anterior— fue una tendencia relativista hacia los estándares éticos, la religión politeísta griega, y muchas otras creencias. Este relativismo sostenía que lo que cada individuo o sociedad creía era verdadero para ese individuo o sociedad. Negaba que cualquier creencia fuera verdadera o falsa objetivamente, con independencia de quien la sostuviera. En tal visión, no tendría sentido tratar de preguntar cuál de dos creencias aparentemente opuestas es la correcta. Cada creencia sería correcta para la persona que la sostuviera, y falsa para quien la rechazara. Más allá de eso no existía ningún hecho objetivo. Todos los hechos serían relativos a la persona o personas que los sostuvieran.
Este punto de vista relativista a menudo se asocia con los llamados sofistas en general, pero el primero en proponerlo fue el sofista llamado Protágoras (481?-411? a.C.). El famoso eslogan de Protágoras "el hombre es la media de todas las cosas" fue interpretado por Platón como una expresión de relativismo, de manera que Protágoras se convirtió en uno de sus principales oponentes. Platón también se oponía a la doctrina del hedonismo —la tesis que sostiene que el bien consiste en el placer— porque le parecía que implicaba un punto de vista relativista, pues cada persona aprobaría la actividad que le diera placer a ella.
Sócrates influyó grandemente en Platón, no por sus escritos (pues no escribió nada), sino por relación personal, y también por la forma inteligente y valiente en la que se defendió de los cargos en su contra y en su muerte, la cual describe Platón en su Apología de Sócrates, Critón y Fedón. Estas experiencias, reforzadas por su fracaso en persuadir al dictador de la ciudad siciliana de Siracusa de aceptar sus ideas éticas y políticas, dejaron a Platón desilusionado con la actividad política, y lo impulsaron a llevar una vida dedicada a la reflexión filosófica, aunque siempre con implicaciones prácticas. Entre el 387 y el 367, fundó una escuela en el distrito de Atenas conocido como la Academia. Esa escuela perduró por más de 800 años.
La República, el trabajo más conocido de Platón, explora el concepto de la justicia, haciendo comparaciones entre la sociedad humana y el alma o la personalidad. En contraste con los relativistas como Protágoras, Platón cree que existe una respuesta objetivamente correcta a preguntas como "¿Qué es la justicia?", y creencias objetivamente correctas sobre qué tipo de personalidad, instituciones y acciones son justas. Él también sostiene —y así lo argumenta en La República— que entre todas las virtudes que una persona puede tener, la justicia es la más importante, especialmente porque trae felicidad para la persona justa, quien es mucho más feliz que la injusta.
La justicia en cualquier cosa, según Platón, es una clase especial de balance, orden o armonía entre sus componentes. En una persona individual, esta armonía es establecida y gobernada por la razón, y en una comunidad política la justicia es mantenida por los gobernantes filósofos. En un alma o personalidad justa, la armonía se mantiene a pesar de los múltiples deseos por distintas cosas. Platón divide estos deseos en tres grupos: (1) el deseo de la razón de conocimiento y orden; (2) el deseo del "espíritu" (thymos) de defensa propia; y (3) los apetitos corporales. En una comunidad política justa —Platón se centra en la ciudad estado o polis en que típicamente se organizaban los griegos— la armonía se mantiene entre las tres clases principales de personas: (1) los gobernantes filósofos; (2) los militares; (3) los artesanos y agricultores. Dentro de tal sociedad cada individuo tiene su propio rol o función naturalmente establecido, que sirve para mantener la estabilidad y la unidad de la comunidad. En un nivel personal, análogamente, cada deseo, en tanto que esté gobernando por la razón, tiene una función dentro del conjunto de la vida del individuo.
La idea de la corrección objetiva entra en la doctrina de Platón en su visión de que la justicia no es establecida por convención, o simplemente por las leyes o costumbres que de hecho se observan en un lugar o en otro. Más bien, sostiene Platón, la justicia consiste en un cierto tipo de orden o armonía entre los grupos en una sociedad, aun cuando esta armonía sólo sea imperfectamente ejemplificada en las sociedades actuales del mundo. Análogamente, Platón también sostiene que la justicia individual consiste en una clase particular de balance dirigido por la razón entre los deseos —y la satisfacción de los deseos— de cada persona, aun cuando diferentes sociedades puedan considerar distintos tipos de comportamiento como justos. Más aún, Platón sostiene que el individuo que es justo de esta manera también es el más feliz, y, análogamente, que la sociedad más justa es la más feliz. Estos dos factores se sostienen objetivamente —argumenta Platón contra los relativistas—, y no son dependientes de los deseos, preferencias o gustos que un individuo puedan tener, o que una sociedad pueda aprobar.
Platón intenta proporcionar una base para estas tesis con su teoría de las "formas" o "ideas". Estas entidades, según Platón, no existen en la mente de un individuo ni en el espacio y el tiempo, pero son accesibles al sabio que obra con independencia de los sentidos y de sus gustos personales.
Platón sostiene que la naturaleza y la estructura de estas entidades —que incluyen la forma de la Justicia y la forma del Bien— determinan los hechos objetivos que existen para ser conocidos. Parece que Platón obtuvo este esquema de las matemáticas, especialmente de la geometría. Por ejemplo, una figura dibujada en la arena sería un círculo, dice Platón, en la medida en que ejemplifique la forma del Círculo, que es un patrón ideal de la circularidad (fuera de la mente y del espacio y el tiempo). Platón usa esta analogía para discutir todos los conceptos, incluyendo los de virtud, justicia y felicidad. Los hechos sobre el mundo sensible —tales como qué individuos o comunidades son justos o injustos— se determinan por comparación con las formas del mundo suprasensible. La perfecta comprensión de este esquema (que Platón, por otra parte, no pretende presentar por completo en La República o en ningún otro escrito) es la meta de la educación de los gobernantes en la ciudad-estado ideal de Platón. El último fin es la comprensión del Bien (que Platón se niega a identificar con el placer).
La comprensión del Bien, sostiene Platón, permitirá a los gobernantes filósofos organizar su comunidad de manera que ella y sus habitantes sean virtuosos y felices.                                    RELACIÓN ENTRE PLATÓN Y SÓCRATES
Sócrates (470 a. C. -399 a. C) maestro de Platón, nace en Atenas, el cual decía que la filosofía solo se podía practicar mediante el diálogo.

Platón fue discípulo de Socrátes el cual tenía una gran admiración a su pensamiento y por ello muchos pensamientos de este se ven reflejadas en ideas platónicas.

Los pensamientos que Platón recoje sobre su maestro Socrátes son las siguientes :

· Intelectualismo moral: Es la unión entre el conocimiento moral y la felicidad que Platón lo aplicó a la política.

· La concepción de la educación: Cuyo objetivo era alcanzar la verdad para lograr la felicidad y la virtud.

· Diálectica socrática: Es un método de búsqueda de la verdad que se basaba en el diálogo entre el maestro y el discípulo cuyo objetivo era alcanzar la verdad.

· Investigación de definiciones esenciales: Platón convierte unas simple definición de Socrátes en ideas para poder expresar la esencia permanente.

La muerte del maestro Socrátes influyó en el pensamiento filosófico de Platón lo que le llevo a pensar que la sociedad de la época era injusta y que los estados debían estar gobernados por filosófos ya que estos conducirian hacia el camino de la justicia                                                                                      
                    LA REPUBLICA
Fragmento 1: La República, Libro II, 359-369.
Platón explica la manera en la que sus oponentes filosóficos (los sofistas) responden a la pregunta: "¿Por qué deben los hombres ser virtuosos?". Los sofistas sostienen que los débiles valoran la justicia solamente porque sirve para refrenar a los fuertes. La mayoría de las personas se aprovecharían de sus vecinos si estuvieran seguros de que no serían aprendidos y castigados, ya que sólo se preocupan por su propio bienestar. La injusticia es más provechosa que la justicia, siempre y cuando nadie se dé cuenta. Esta concepción de la naturaleza humana es sostenida por Glaucón (hermano de Platón) en la historia del anillo de Giges.
Fragmento 2: La República, Libro I, 343-344.
El famoso sofista Trasímaco defiende las ventajas de la injusticia en asuntos políticos y económicos. Sostiene que la injusticia paga, sobre todo cuando se comete a gran escala, y concluye que la felicidad procede de la injusticia, no de la justicia.
Fragmento 3: Gorgias, 495-496.
La discusión continua no logra eliminar el desacuerdo entre Platón y los sofistas sobre el valor de la justicia. En el fondo, muchos sofistas se oponen a la justicia porque sostienen que el bien supremo es el placer; la injusticia es mejor que la justicia porque proporciona más placer. En el Gorgias, Platón intenta refutar esta doctrina dirigiendo su atención a lo absurdo que resulta identificar el placer con el bien. Calicles, un admirador del sofista Gorgias, es el oponente de Sócrates.
Fragmento 4: Gorgias, 496-497.
Aquí queda completada la primera fase del argumento de Sócrates: está claro que el bien y el mal son términos contradictorios, esto es, mutuamente excluyentes en una persona al mismo tiempo, mientras que el placer y el dolor pueden ocurrir simultáneamente. Si uno puede tener placer y dolor al mismo tiempo, pero no bien y mal, existe una contradicción al identificar "bien" con "placer" y "mal" con "dolor". Sócrates continúa en la misma vena, después de resumir su argumento a este punto. Le ayuda Gorgias, un maestro de retórica.
Fragmento 5: La República, Libro IV, 442-444.
La ética de Platón descansa sobre dos puntos principales de psicología: (1) las almas de las personas tienen tres elementos o facultades básicas: razón, espíritu (pasión) y apetito (deseo); (2) el carácter de una persona depende en el desarrollo comparativo de estos tres elementos y el dominio de una facultad sobre las otras.
Cada uno de los tres elementos del alma (psyche) está comprometido en la conducta ética, y cada uno, cuando realiza su función propia, se caracteriza por una virtud: gobernar el alma por medio de la razón es la sabiduría; la regulación racional de los deseos constituye la esencia de la templanza; el soporte que las pasiones proporcionan a la razón puede llamarse valentía [ira, en términos clásicos]; la armonía de las tres virtudes es la justicia, la cual es como el marco de las demás. El mismo tipo de análisis se aplica también al funcionamiento de la sociedad, ya que para Platón el Estado es "el mandato individual extendido". Sócrates y Glaucón, al discutir las virtudes, están de acuerdo en que "los mismos principios que existen en el Estado existen en el individuo, y ellos son tres". Luego sigue la explicación de las virtudes.
Fragmento 6: La República, Libro IV, 444-445.
Las personas justas son, por lo tanto, "integradas": la razón, las emociones y los deseos trabajan en armonía dentro de ellas. Por otra parte, las personas injustas son asediadas por una "rebelión" interna; existe desorden dentro de sus almas. La injusticia destruye el orden natural de la personalidad, como la enfermedad nos quita la salud corporal. De acuerdo con esto, aquellas acciones que preservan un estado armonioso en los seres humanos serán consideradas buenas, y aquellas que los disminuyen, malas. Platón está ahora en la posición de responder la pregunta original: "¿Por qué debe una persona ser virtuosa, o justa?". Una vez que la naturaleza de la virtud ha sido claramente entendida, su superioridad práctica sobre la injusticia es manifiesta.
Fragmento 7: La República, Libro VI, 504-505.
Habiendo expuesto la naturaleza de la justicia en detalle, Sócrates sorprende a sus oyentes con su afirmación de que existe algo superior a la justicia, esto es, la Idea del Bien. Adimanto, otro hermano de Platón, presiona a Sócrates para que dé una explicación.
Fragmento 8: La República, Libro VI, 505-507
Platón argumenta ahora que ni el conocimiento ni el placer es el Bien en sí mismo; el Bien debe ser algo diferente de ambos. Todos, dice, reconocen que existe una diferencia entre lo que realmente es bueno y lo que parece bueno. Los verdaderos gobernantes de una ciudad deberían saber qué es el bien en realidad. Él no dará, sin embargo, una definición del Bien, pero tratará de explicarlo por analogía con su "hijo", el sol.
Fragmento 10: La República, Libro VII, 517-519:
Haciendo uso de la analogía entre la visión ocular y la visión del alma, Platón continúa con la discusión de las condiciones y circunstancias del conocimiento del Bien.
—...En los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que se percibe con dificultad; pero una vez percibida no se puede menos de sacar la consecuencia de que ella es la causa primera de todo lo que hay de bello y de recto en el universo; que, en este mundo visible, ella es la que produce la luz y el astro de que esta procede directamente; que en el mundo invisible engendra la verdad y la inteligencia; y en fin, que ha de tener fijos los ojos en esta idea el que quiera conducirse sabiamente en la vida pública y en la vida privada .
Fragmento 11: La República, Libro IX, 591-592.
Convencido de que "el filósofo que sostiene conversación con el orden divino, llega a ser ordenado y divino, tanto como la naturaleza se lo permita", Platón resume su argumento en contra de aquellos que creen que la injusticia es más ventajosa que la justicia. Los filósofos, apropiadamente entrenados, pueden modelar sus vidas según el ideal de perfección que la razón les descubre.

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