Si el pasado influye en el presente, también pensamos que el futuro influye sobre el pasado, ya sabes que sólo existe un eterno ahora, pero infinitos presentes, sin duda, el tiempo presente es el único que has vivido, vives y vivirás siempre, nuestra relación con los antepasados influye en ellos y en nosotros, puedes entender esto como quieras pero recuerda que el concepto que tenemos del tiempo es bastante pobre y limitado, es hora de pensar relativamente. Sólo podemos decir que las personas que han fallecido o sea, que han dejado su cuerpo físico, ese vehículo que nos sirve para movernos en este mundo de tres dimensiones pero no en el mundo onírico aparecen llenas de vida en el mundo de los Sueños, lo primero que se nos ocurre, ante este tema, es que tales personas permanecen vivas en nuestra memoria, seguramente esto es cierto, pero, como suele suceder, esta idea no encaja siempre y para todos los casos, porque a veces es esa persona que ha fallecido la primera que nos da la noticia, además, se dan muchas otras situaciones sorprendentes.
Una cosa es casi siempre cierta: las experiencias oníricas con personas queridas que han fallecido son, dentro del especial ambiente emocional que puede darse, agradables y, en esencia, bellas. Unicamente parecen enturbiarse algo cuando concurre el ancestral temor hacia la muerte que nos ha sido inculcado generación tras generación. Siendo que, para vivir intensamente el presente, una persona equilibrada debe, paradójicamente recordar que es mortal, Si lo pensais, lejos de ser una elucubración morbosa, se convierte en el gran equilibrador de la balanza que os hará disfrutar , de vuestra familia, de las pequeñas o grandes cosas que tengais en vuestro presente.
A medida que vuestros sueños son cada vez más lúcidos ireis haciendo vuestras propias investigaciones, es indiferente que la persona en cuestión tenga cuerpo físico o no lo tenga, esto nada tiene que ver con el espiritismo, no somos mediums para supuestas entidades del más allá, simplemente nos movemos en el mundo onírico y nos relacionamos con todos sus habitantes, lo que, de todas formas, hace todo el mundo aunque, la mayor parte de las veces, sin darse cuenta e, incluso, sin traer el menor recuerdo.
Por tanto... 1ª impresión subjetiva: morir es dejar un traje, ese traje está viejo, gastado, roto o ha quedado obsoleto, así que no debe ser tan mala cosa cambiarlo.
2ª impresión subjetiva: Parece bastante evidente que no somos el cuerpo (el traje), tú sigues estando entero con ropa o sin ella.
3ª impresión subjetiva: Todas las noches vivimos la experiencia de morir dejamos el cuerpo y nos movemos en el mundo onírico o como quieras llamarlo, no sólo no es traumático sino que resulta muy agradable. Una vez en la vida dejamos ese traje para siempre, tampoco debiera ser traumático ni desagradable, parece que los antiguos griegos lo entendieron muy bien: el hermanito menor de Thanatos, la muerte es Hypnos, el sueño, no pienses en ello como algo feo.
4ª impresión subjetiva: La energía ni se crea ni se destruye; se transforma, es un axioma incontrovertible de la física moderna.
5ª impresión subjetiva: La energía de nuestros antepasados, sus anhelos, impresiones, trabajos, aspiraciones, amor, sentimientos, y el etc. más amplio que puedas imaginar, forma un escudo de amor y protección para las sucesivas generaciones. Ese escudo se refuerza por el respeto, comprensión y amor de las generaciones actuales. Piensa en ello. Todas las culturas de la tierra veneraron la memoria de sus antepasados con admiración y alegría y se sentían protegidos y amparados por ellos, muchos recordamos esto al menos una vez al año y solemos encender una velita en memoria de nuestros ancestros el día 1 de Noviembre, sabemos que ese aura ancestral de amor nos protege y nos ayuda.
6ª impresión subjetiva: sufrimos una pérdida irreparable: el miedo a morir
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