sábado, 24 de noviembre de 2012

Islas intermitentes

nacimiento de una isla
Cuando se habla de erupciones se asocia con muerte y destrucción, pero como las paradojas han existido desde siempre aquí se encuentra la excepción a la regla, las erupciones que crean paisajes.
Cuando se recorren los mares, aquella fuente inagotable de historias enigmáticas y de horizontes sin fin, esperas encontrar animales acuáticos, barcos o yendo por aguas heladas ruegas por no encontrarte con un iceberg, pero lo que no esperas es encontrarte con una isla donde antes no la había, sin embargo viajando por la conocida como Cuenca Norte de Lau, situada entre Fiji, Samoa y Tonga, poseedora de decenas de volcanes submarinos activos localizados entre 1.000 y 1.500 metros de profundidad bajo las aguas y que esconden vastas reservas de minerales esto puede pasar.

Metis Shoal es uno de los muchos volcanes que se encuentran en esta zona y que brindó uno de los primeros espectáculos de los que se tenga noticia a este respecto en el año de 1852 y que se han repetido en 1984 y en el año 2006, esta maravilla de la naturaleza que se ha conocido generalmente como balsas de pomez, por estar conformadas por piedras de este tipo, son sin lugar a dudas una demostración del poderio de la naturaleza.
Aunque en ocasiones se pueden tratar de pequeñas manchas ocres sobre el agua que no representan mayores inconvenientes para los viajeros, en otras tantas oportunidades se trata de algunas de tal densidad que semejan una playa en medio del océano y que obligan a los navegantes a cambiar su rumbo o a disminuir sus velocidades de forma radical para evitar sufrir accidentes y toda clase de daños en sus cascos.

Ellas surgen como consecuencia de la explosión de estos volcanes y su principal caracteristica radica en el hecho de que precisamente casi con la misma velocidad que aparecen desaparecen, aunque existen aquellas que resisten por más tiempo llegando a formarse verdaderas islas de grandes proporciones con todas sus caracteristicas y con la peculiaridad de ir cambiando de forma y, por supuesto, de tamaño de acuerdo a la magnitud de la actividad volcanica, de allí que en muchas ocasiones se les encuentren acompañadas de fumarolas y cuando cesa la actividad del volcán es el momento de ocultarse, entonces se empiezan a erosionar o las piedras probablemente sean transportadas por el viento, por lo que se encuentran muestras de estos minerales en sitios como Islas Salomón o en Australia.
En este planeta que todo nace, se transforma y muere empezando desde el hombre mismo, las balsas de pomez del pacífico son el ejemplo más evidente de este proceso en el aspecto geográfico, algo así como un espejismo material.
El final de la isla

No hay comentarios:

Publicar un comentario