lunes, 26 de noviembre de 2012

Tormentas de hielo

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LLuvias heladas

Tormentas de hielo; la tierra queda paralizada a su paso dejando paisajes que bien podrían rivalizar con las imágenes que las sondas espaciales nos mandan de lejanos e inhóspitos planetas helados. Por suerte, en el caso de las lluvias heladas de nuestro planeta, la parálisis de la vida y del paisaje es efímera y tras el deshielo, todo vuelve a su relativa normalidad.
La climatología, y más en los últimos tiempos, se vuelve salvaje e impredecible y el cúmulo de de circunstancias que se deben dar para que se desencadenen según qué fenómenos, es cada vez menos azaroso y mucho más frecuente. Este es el caso de las tormentas de hielo, que año a año parecen aumentar en número y en radio geográfico.

La lluvia congelada es un tipo de precipitación, en el que la lluvia cae desde nubes a gran altura en forma de nieve. Normalmente suele ir asociada a la entrada de frentes cálidos que atrapan a estas nubes en sus estratos más altos, cuando la nieve, en su caída encuentra capas con la temperatura superior a 0º, se derrite, hasta que de nuevo vuelve a entrar en capas con temperaturas inferiores, cuando se vuelve a sobre fusionar. En este estado continúa hasta que impacta contra alguna cosa u objeto, congelándose instantáneamente y, lentamente, moldeando en hielo todo lo que toca.

Fotografías de una tormenta de hielo en China del año pasado:





















Tormenta de hielo en Ginebra (Suiza)









Pese a lo espectacular y bello de este fenómeno, las tormentas de hielo son peligrosas y destructivas. Las carreteras se convierten en auténticas pistas de patinaje en pocos segundos, causando muchos accidentes. El peso del hielo dobla tendidos eléctricos produciendo apagones y averías de suministro eléctrico, parte e incluso tumba árboles gigantescos, caen vallas publicitarias e incluso, como podéis ver, una tormenta de hielo puede llegar a hundir un barco.

Su rango de acción suele localizarse en el hemisferio Norte, Estados Unidos y Canadá son los países que más ice storms contabilizan todos los años, pero el este asiático parece que cada año es más proclive a este espectacular fenómeno. De modo que si van de vacaciones por allí en invierno, consulten el parte meteorológico e imaginen lo que le podría suceder a un avión al entrar en una de estas tormentas.










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