Si bien es cierto que como sociedad colaborativa e igualitaria hemos crecido en comparación con los tiempos de la esclavitud, también es cierto que ese crecimiento llevó no años sino siglos y posiblemente nosotros no seamos testigos de cambios drásticos que marquen un momento en la era del mundo a nivel evolutivo. Nosotros formamos parte de los siglos que se suceden, y el hecho es que nunca en el mundo ha habido tanta información, tanta gente que exige actuación y tanta experiencia de cambios ya sucedidos como ahora. La cultura en un sentido ético ha evolucionado y seguirá evolucionando. Nuestra concepción de la sociedad igualitaria, por ejemplo, difícilmente hubiera sido concebible por un Aristóteles o un Platón. Nosotros hoy somos conscientes de la imperfección de nuestra forma de vida: la conflictividad social, la cooperación ineficiente, las creencias irracionales, la violencia interiorizada. Ponerle remedio a esto es una exigencia del mundo de hoy, las soluciones vendrán, pero nosotros hemos de participar en ella. No se puede simplemente concebir un determinismo en el sentido de que la mano invisible de la Historia producirá los cambios, porque esa "mano invisible" nos atañe a nosotros personalmente y cada cual actuará creyendo estar resolviendo sus problemas individuales, cuando éstos formarán parte de algo que atañirá a todos. la idea es que la cultura cristiana, por ejemplo, en cuanto que enseñanza de una ética de la compasión (el budismo también), ha permitido desarrollar una serie de técnicas de introspección psicológicas como las confesiones, autoexámenes, guías y ejercicios espirituales que fueron socialmente aceptadas en tanto que se consideraban que ayudaban a mejorar la vida humana en un sentido de altruismo y bondad que, a su vez, creaban un entorno más favorable a la plena cooperación: mientras más bondadosas son las personas, más se puede confiar en ellas, y por tanto, mejor podemos cooperar con ellas, lo que permitiría un avance económico y social prácticamente ilimitado.
La educación es costosa para aquel que no ha valorado el precio de la ignorancia...la lógica nos enseña a razonar con exactitud....

sábado, 2 de junio de 2012
evolución cultural en un sentido ético
Si bien es cierto que como sociedad colaborativa e igualitaria hemos crecido en comparación con los tiempos de la esclavitud, también es cierto que ese crecimiento llevó no años sino siglos y posiblemente nosotros no seamos testigos de cambios drásticos que marquen un momento en la era del mundo a nivel evolutivo. Nosotros formamos parte de los siglos que se suceden, y el hecho es que nunca en el mundo ha habido tanta información, tanta gente que exige actuación y tanta experiencia de cambios ya sucedidos como ahora. La cultura en un sentido ético ha evolucionado y seguirá evolucionando. Nuestra concepción de la sociedad igualitaria, por ejemplo, difícilmente hubiera sido concebible por un Aristóteles o un Platón. Nosotros hoy somos conscientes de la imperfección de nuestra forma de vida: la conflictividad social, la cooperación ineficiente, las creencias irracionales, la violencia interiorizada. Ponerle remedio a esto es una exigencia del mundo de hoy, las soluciones vendrán, pero nosotros hemos de participar en ella. No se puede simplemente concebir un determinismo en el sentido de que la mano invisible de la Historia producirá los cambios, porque esa "mano invisible" nos atañe a nosotros personalmente y cada cual actuará creyendo estar resolviendo sus problemas individuales, cuando éstos formarán parte de algo que atañirá a todos. la idea es que la cultura cristiana, por ejemplo, en cuanto que enseñanza de una ética de la compasión (el budismo también), ha permitido desarrollar una serie de técnicas de introspección psicológicas como las confesiones, autoexámenes, guías y ejercicios espirituales que fueron socialmente aceptadas en tanto que se consideraban que ayudaban a mejorar la vida humana en un sentido de altruismo y bondad que, a su vez, creaban un entorno más favorable a la plena cooperación: mientras más bondadosas son las personas, más se puede confiar en ellas, y por tanto, mejor podemos cooperar con ellas, lo que permitiría un avance económico y social prácticamente ilimitado.
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