Hoy queda lejano el descubrimiento de Donald Johanson y su equipo cuando el 24 de noviembre de 1974 descubrieron restos de un homínido en el Triángulo de Afar en Etiopía, un esqueleto bastante completo de una especie que se catalogó por vez primera como Australopithecus afarensis, y que por ser una hembra fue bautizada como Lucy en honor a una famosa canción de los por entonces de modaBeatles. En marzo del 2012 ha salido a la luz una posible nueva especie coetánea de Lucy aunque todavía queda mucho por discutir sobre ella.
África y la variedad de homínidos
El continente africano es por antonomasia el espacio con mayor variedad de homínidos de la Tierra. .
Bajo un estrato de arenisca se hallaron restos fósiles, concretamente un pie, datados por el método del argón en 3,46 millones de años, de una especie de homínido coetánea de los afarensis con los que compartieron época y territorio. Un equipo de paleoantropólogos liderado por el conocido experto Yohannes Haile-Selassie del Museo de Historia Natural de Cleveland en Estados Unidos, los encontró en una zona de este territorio, concretamente en la región de Woranso-Mille al norte de Etiopía. Beverly Z. Saylor, coautora del trabajo, explica que hallaron también restos de peces, cocodrilos y tortugas, por lo que esta zona en esa época sería un entorno fluvial parecido a un delta con sus canales, un hábitat de bosque alternando con zonas de sabana.
Los huesos pertenecen a restos de un pie con varias falanges y metatarsos de un primate que pudo tener una locomoción bípeda como su homólogo afarensis pero con una forma diferente. Esta nueva aportación fósil demuestra la diversidad de especies que existieron en el árbol filogenético de los primates del que Homo sapiens forma parte.
¿Nueva especie?
Este descubrimiento se ha publicado en la revista Nature de marzo del 2012, aunque sus restos se encontraron en febrero del 2009 en el yacimiento conocido como Burtele. Aparte de la importancia en sí que tiene cualquier hallazgo fósil, este en concreto presenta la novedad que es el primero en el que se encuentra un pie, parte fundamental para estudiar los avances hacia el bipedalismo posterior que se aprecia en sus descendientes. Es importante porque incluso Lucy, de la que se halló una buena parte del esqueleto, no presentaba ninguno de los dos pies para demostrar de una forma más fehaciente su bipedismo.
El pie hallado parece que difiere de las huellas encontradas en un depósito de cenizas volcánicas en Laetoli (Tanzania) en 1976 por el equipo de Mary Leakey, y que pertenecen a homínidos de hace 3,7 millones de años, lo que parece indicar una forma diferente de locomoción.Al no hallar cráneo ni piezas dentales la especie no ha sido bautizada ni asignada a otras especies fósiles ya catalogadas. Australopithecus afarensis fue bípedo y habitante de estas regiones, así como Ardipithecus ramidus que vivió anteriormente en la misma zona y que era una especie más arborícola. Parece quedar patente que los restos hallados no pertenecen a ninguna de estas dos especies tan importantes para el estudio de la filogenia humana. La única conclusión que se puede sacar hasta hoy es la demostración ya conocida de la variedad de especies que habitaron África en estos periodos ya citados.
Conclusiones a partir del estudio del pie
Hasta ahora afirmar que una especie era bípeda estaba basado en el estudio de otras partes del cuerpo que demostraran la afirmación. Pero el pie es una parte fundamental para adjudicar al protagonista esa forma de locomoción con mayores garantías que si no se hubiera hallado esa parte del esqueleto.
La primera y más importante conclusión del hallazgo es que el pie de este homínido presenta su dedo gordo de forma oblicua y no alineado como en afarensis. Esto supone que Lucy y su especie caminarían de forma bípeda como los Homo sapiens, al tener alineado el dedo gordo del pie junto a los cuatro dedos restantes, mientras que la nueva especie se parecería mucho a Ardipithecus ramidus, familiarmente llamado Ardi, que presenta su dedo oponible como gorilas, orangutanes y chimpancés y que denota una especialización más arborícola que afarensis.
Las reacciones en el mundo de la Paleoantropología no se han hecho esperar y hay opiniones diversas sobre este hecho. Manuel Domínguez-Rodrigo, arqueólogo codirector de un proyecto científico en la Garganta de Olduvay en Tanzania, da al hallazgo mucha importancia, pero afirma que el pie es más parecido al de los gorilas que a los de los seres humanos añadiendo que el primer metatarso del dedo gordo es corto y el segundo curvo, lo que indica que el dedo gordo del pie estaba en ángulo oblicuo al resto de los dedos. Para él, el artículo presentado en Nature no demuestra el bipedismo de la especie y dice que aunque hubiera podido andar a dos pies se desplazaría apoyando el talón primero y los cuatro dedos externos después sin utilizar el dedo gordo como hace el ser humano. Esta característica no le permitiría andar a dos pies excesivo rato lo que denota un bipedalismo de corta duración. Por esta causa le adjudica un tipo de vida arborícola más que terrestre aunque no descarta que pudiera combinar ambas formas de locomoción.
A esta hipótesis del arqueólogo español se suman otras voces como el investigador de la Universidad de Cleveland Bruce Latimer, que ratifica que el espécimen sería torpe para andar por la tierra.
Es evidente que la escasez de los restos no permiten extraer demasiadas conclusiones sobre esta posible nueva especie por lo que habrá que esperar a nuevos hallazgos que complementen los ya encontrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario