Érase una vez un anciano que era la persona más vieja de Laponia.Había llagado a tener casi dos mil años gracias a la ayuda de las luces del norte.
Aquellos tres rayos eran las almas de personas muertas que el viejo había recogido cuando se acercaban demasiado a la tierra y que ahora querían permanecer en ella. Hicieron un trato con el viejo.Mientras éste los mantuviera en su lámpara, las tres almas no podrán ser recuperadas por las luces del norte y devueltas a los cielos, A cambio capturaría almas de personas jóvenes para traspasarlas al cuerpo del viejo a fin de que éste siguiera viviendo.
En una ocasión un joven curioso vio la viejo caminando y decidió seguirlo hasta su casa.El viejo le invitó a entrar y después se aseguró de cerrar bien la puerta.A continuación soltó las tres almas de su lámpara.Éstas, aferrando al joven,hundieron las manos en su cuerpo e intentaron sacarle el alma. En aquel momento bajaron a la tierra las luces del norte y varios rayos de luzentraron en la casa del viejo a través de una ventana y se apoderaron de las tres almas. El joven se salvó y las tres almas fueron devueltas a los cielos. Sin ellas, el viejo pronto se marchitó y murió.
Mientras los fallecidos están en espera de nacer, sus almas forman la Aurora Boreal, también conocida como "LasLuces del Norte".Unmito Inuit de la Península del Labrador cuenta que al final del mundo hay un gran abismo con un peligroso sendero que pasa por un agujero del cielo y
llega hasta la tierra de los muertos.Las almas de quienes lo han cruzado encienden antorchas para guiar los recién llegadas.Es tema recurrente del mito Inuit que la tierra de la muerte es una tierra de abundancia.Las almas de quienes han ido allí banquetean y juegan al balón con un cráneo de morsa, lo que da origen a la Aurora Boreal.
Ciertas variantes de Groenlandia y de la parte central del Ártico canadiense cuentan que las almas, al correr por a nieve endurecida de los cielos producen un sonido crujiente. Las almas de los muertos no quieren estar apartadas de las de los vivos, con los que intentan comunicarse silbando. Cuando una persona oiga este silbido ha de contestar con un susurro o un silbido y las luces se acercarán y dejarán de verse.Los Chuvan de siberia creen que las luces del norte ayudan a las mujeres en el parto, mientras que los Saami de Finlandia tienen una leyenda según las cual las luces del norte siempre están presentes, incluso durante el día, y protegen de la brujería y del mal.
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