Peces invisibles contra las leyes de la física El secreto de algunas especies se esconde en cristales especiales que forman parte de las escamas
Los científicos encontraron en algunas especies de peces una característica inusual de la estructura de las escamas que, rompiendo las leyes de la óptica, hace invisibles a estos animales marinos. El estudio se publicó en la revista Nature Photonics. Nicholas Roberts, de la Universidad de Bristol (Reino Unido), y sus colegas sugieren que la superficie del cuerpo de las sardinas, arenques y espadines es capaz de reflejar plenamente la luz incidente y además la polariza independientemente del ángulo de incidencia. Este fenómeno contradice a las leyes clásicas de la física que dicen que cuanto mayor es el ángulo de incidencia, mayor debe ser la luz polarizada. En cambio, las escamas plateadas de los peces dividen la luz en dos componentes, lo que permite a los animales acuáticos mezclarse perfectamente con el ambiente marino. Según los científicos el secreto de los peces se esconde en cristales que particularmente consisten de guanina e hipoxantina, que forman parte de las escamas. La mayoría de los peces tienen solo un tipo de cristal y la luz se polariza y disminuye la capacidad de reflejar la luz. Pero las especies plateadas, como los arenques, las sardinas y los espadines tienen dos tipos de cristales con propiedades ópticas diferentes. Y precisamente esta combinación proporciona un efecto único. "Creemos que estos peces han evolucionado a esta inusual estructura de múltiples capas para poder esconderse de los depredadores, como los delfines y atunes. Estos peces han encontrado una manera de reflejar la luz desde cualquier ángulo. Y en el fondo del océano, eso puede hacerlos invisibles", sostiene Roberts. En el futuro, las escamas de los peces podrían inspirar a los ingenieros para desarrollar nuevos dispositivos ópticos, así como para el desarrollo de métodos avanzados de transmisión de información en las redes de fibra óptica, señalan los expertos.
Un enorme ojo de un animal desconocido aparece en una playa de Florida Se cree que el globo ocular, del tamaño pelota de 'softball', procede de alguna especie marina de grandes dimensiones
Un turista que caminaba por la playa de Pompano Beach, en el estado de Florida, se encontró con un enorme ojo del tamaño de una pelota de 'softball', que el mar había depositado en la arena. El hombre no se asustó y entregó su extraño hallazgo a la Comisión de Vida Silvestre de ese estado del sur de Estados Unidos. Según los empleados de la Comisión que facilitó la fotografía, aún no se ha determinado de qué animal marino proviene. Ahora el ojo se encuentra colocado sobre hielo para que pueda ser analizado en el Instituto de Peces y Vida Silvestre de Florida. El portavoz de la Comisión, Carli Segelson, expresó que el globo ocular encontrado seguramente procede de un animal marino y podría ser atribuido a un calamar gigante, una ballena o algún pez de gran tamaño.
Un tiburón prehistórico, ancestro de todos los humanos Científicos estadounidenses estudiaron restos fósiles de un pez que arroja luz sobre la evolución
Un pez prehistórico podría ser el último ancestro común de los tiburones primitivos y peces óseos, de los que provienen todos los seres vertebrados, incluidos los mamíferos y, por ende, los humanos. Un análisis paleontológico arroja luz sobre la evolución de los primeros seres vertebrados con mandíbulas y determina el aspecto del último ancestro común antes de la separación de los primeros tiburones y los peces óseos, de los que proceden también los humanos. La revista Nature publica los resultados del análisis del cráneo del fósil de un Acanthodes bronni, un pez de la era Paleozoica, de unos 290 millones de años, cuyos restos se han encontrado en Europa, América del Norte y Australia. Los científicos reconstruyeron el cráneo del Acanthodes y lo compararon con tomografías computerizadas de los cráneos de los primeros tiburones y peces óseos. “Por primera vez echamos una mirada adentro de la cabeza del Acanthodes. Cuanto más lo mirábamos más similitudes con los tiburones encontrábamos”, aunque también presentaba rasgos de peces óseos, comenta Michael Coates, biólogo de la Universidad de Chicago, quien dirigió el estudio.
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