viernes, 19 de octubre de 2012

irracionales pero inteligentes

¿Qué diferencia al ser humano, el autodenominado «rey de la creación», del resto de los animales, los llamados «irracionales»? ¿Es su habilidad para fabricar y utilizar herramientas? Los cuervos pueden doblar un alambre recto para elaborar un instrumento y conseguir comida con más facilidad. ¿Se trata de la facultad para utilizar un lenguaje complejo? Los perritos de las praderas tienen un sofisticado lenguaje que, en muchos aspectos, sería comparable al de los seres humanos. ¿Es su capacidad de aprendizaje? En un reciente estudio, las crías de chimpancé han demostrado tener una facilidad para aprender superior al de los párvulos humanos. Las últimas investigaciones sorprenden a los científicos. La barrera entre la inteligencia humana y la animal es cada vez más incierta. No se trata sólo de los monos antropoides, de los cuales ya se conocía su inteligencia, ni del ADN de algunas especies, como el bonobo, que sólo se diferencia del humano en un 1,6 %. Ni siquiera de los delfines y otros cetáceos marinos, cuya elevada capacidad está fuera de duda. Revisar los últimos descubrimientos sobre la inteligencia animal es un interesante ejercicio de humildad para el ser humano.

Los brillantes cuervos
Una investigación realizada por Nathan Emery y Nicola Clayton, de la universidad de Cambridge, y publicada en la prestigiosa revista científica Science, demuestra que los cuervos tienen una inteligencia comparable a la de los grandes primates. Para conseguir su alimento utilizan dos tipos diferentes de ramitas y, si se encuentran en cautividad, han demostrado ser capaces de fabricarse ellos mismos un gancho, doblando un alambre metálico recto.
Esta facilidad para resolver problemas, ha llevado a cuervos que viven en entornos urbanos a utilizar el tráfico de los vehículos para conseguir alimento. Una de sus estrategias es depositar sus nueces en un cruce de la calzada, aprovechando que los vehículos están parados en un semáforo rojo. Después esperan que pasen los coches y rompan la cáscara. Resulta una escena realmente curiosa observar a los cuervos esperando en el paso de peatones a que el semáforo se ponga verde para ir a recoger su alimento.
Los arrendajos, otra especie de córvidos, se sitúan sobre hormigueros provocando el ataque de las hormigas, que les rocían con ácido fórmico, un eficaz pesticida contra los parásitos naturales de estas aves. Según los investigadores, «estos estudios han demostrado que algunos córvidos no sólo tienen una inteligencia superior a la de otras aves, sino que rivalizan con la de los primates no humanos».

Los resultados de estos estudios sugieren que incluso son capaces de usar herramientas mentales, como la imaginación. El tamaño del cerebro del cuervo es aproximadamente el mismo que el del chimpancé. Este desarrollo podría ser debido a que se trata de un animal social, lo mismo que los propios chimpancés, los delfines, o los seres humanos. Vivir en una sociedad, y prosperar en ella, requiere procesos mentales complejos y estimula el desarrollo de habilidades.

Perritos de las praderas
Los perritos de las praderas se comunican emitiendo pequeños grititos. El profesor de Biología de la universidad del Norte de Arizona, Con Slobodchikoff, ha encontrado que codifican un lenguaje comparable al de los seres humanos. «Pienso que es el sistema más sofisticado que se haya visto en animales», asegura este investigador. Las diferentes colonias se transmiten información sobre la presencia de animales peligrosos, e incluso podrían chismorrear.

Este biólogo y lingüista de los perritos de las praderas ha identificado diferentes palabras con las que estos animales designan, por ejemplo, a un humano alto con camisa amarilla, o a un humano corto con camisa verde, o a animales como el coyote, el ciervo y el halcón.
Quienes también parecen distinguir entre los diferentes dialectos de los seres humanos son las ratas. Una investigación realizada por el equipo del doctor Juan Toro, del Grupo de Investigación de Neurociencia Cognitiva del Parque Científico de Barcelona, ha descubierto que distinguen entre los distintos idiomas humanos, percibiendo las diferencias entre el ritmo y entonación característicos de cada uno. En la investigación se utilizaron dos lenguas tan alejadas en ritmo y estructura, como el japonés y el holandés.
El bonobo y el chimpancé son los animales vivientes que están más próximos genéticamente al ser humano. La diferencia es tan pequeña que diversos investigadores proponen que se deberían incluirse dentro del género Homo, con nuestra especie. Han demostrado ser capaces de aprender el lenguaje de los signos de los sordomudos e incluso de enseñarlo a su descendencia. Una reciente investigación realizada por la doctora Victoria Horner y el profesor Andrew Whiten, en el Santuario de Chimpancés de la isla Ngamba, en Uganda, ha comparado la capacidad de aprendizaje de las crías de chimpancé con la de niños en edad preescolar, concluyendo que estos monos son capaces de actuar con mayor inteligencia y de resolver mejor los problemas que los niños humanos. Descubrimientos como éste, entre otros muchos, han llevado a pensadores como el filósofo australiano Peter Singer, a proponer que los derechos humanos se extiendan a los monos superiores.
Desde hace décadas, las investigaciones realizadas con delfines han ido dibujando un panorama cada vez más sorprendente. Animales sociales, dotados de un lenguaje complejo del que todavía hay muchos aspectos por descubrir, y con una inteligencia más que notable, los delfines incluso han desarrollado una faceta artística que parecía reservada a los seres humanos, al ser capaces de realizar esculturas submarinas: parecen disfrutar creando complejas formas con las burbujas que expulsan al espirar.

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