lunes, 10 de septiembre de 2012

El desprecio o la admiración ante la metafísica

Cuando escuchamos la palabra metafísica, somos presas o de la admiración o de la repulsa, y sin antes reparar en el origen de la misma o en lo que ésta es.  

La palabra metafísica se ha puesto de moda en los últimos años y cuando se le pronuncia se deja ver en el tono del hablante un dejo de admiración o de desprecio, ambos procedentes de la comprensión que se tenga respecto a qué es metafísica o a los asuntos de los que trata.
El desprecio o la admiración ante la metafísica

Revisando el cotidiano uso del término metafísica, nos podemos percatar que actualmente cuando se habla de ella se entiende que ésta se ocupa del estudio de la vida espiritual del hombre, y de todos aquellos cotos incomprensibles contenidos en su interior, de ahí que se entienda que metafísica es en realidad algo incomprensible en tanto que no es definible con la claridad y distinción que poseen las ciencias exactas.
 
Lo primero que salta a la vista cuando se examina la manera en que la sociedad se relaciona con la metafísica, a la luz de esta comprensión que se centra en la vida espiritual del hombre, es que la metafísica es admirada o despreciada debido a que aquello de lo que versa es lo oculto, es decir, lo que no es medible debido a que no puede ser sometido a los exámenes experimentales a los que estamos acostumbrados.
Etimología de la palabra metafísica
 
Si atendemos a una breve historia de la metafísica, iniciando por el origen etimológico del término, que por casualidad nombra correctamente a uno de los libros de Aristóteles, vemos que metafísica es una palabra compuesta del prefijo Metha, que significa después, ya sea temporal o espacialmente, o bien más allá, y physica, que encierra a lo natural.
 
Así pues, Methaphysica será el estudio que va más allá de la comprensión del movimiento que vemos en los entes naturales, los cuales son lo que son, debido a que tienen en sí mismos la fuente en la que se origina su propio movimiento y reposo, los cuales se llevan a cabo para cumplir con una determinada finalidad.

Ahora, cabe preguntar por qué al estudio que hace Aristóteles sobre el Ser en cuanto tal, lo que encierra una comprensión de la naturaleza y por ende de las causas del movimiento lleva el nombre de Metafísica, palabra que dio origen a grandes problemas con los que se han enfrentado muchos pensadores.
La metafísica y la biblioteca de Alejandría
 
La respuesta a esta interrogante la encontramos en la biblioteca de Alejandría, en la que el bibliotecario encargado de catalogar las obras que ahí había se encontró con una obra de Aristóteles que en los estantes estaba acomodada después de la Física, de donde pensó que a falta de nombre le correspondía el de Metafísica, es decir, de libro que va acomodado después de la Física.

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